martes, 14 de febrero de 2012

Sin título 14.

Puede que lo haya empezado de buena manera, pero siempre llega ese momento en el que las cosas cambian y se tornan al lado contrario y una vez que uno esta acostumbrado a esa situación, el dolor se hace a un lado, y entonces solo queda el espacio comprendido entre tu razón y tu corazón. El aire de tu alrededor se convierte en humo, y te ahoga. Hay un velo en tu rostro, en tus ojos que no te deja ver mas allá del mundo de las apariencias. La inseguridad se convierte en tu mayor enemigo y la fuerza para afrontarlo en tu mayor reto. La angustia y el anhelo del pasado vuelven a hacer su lugar en ese infortunio rostro. Entonces el libro se abre de par en par para atrapar lagrimas al vacío.

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